Alumno de composición de Anton Rubinstein en San Petersburgo, los primeros pasos de Tchaikovsky en el mundo de la música no revelaron un especial talento ni para la interpretación ni para la creación. Sus primeras obras, como el poema sinfónico Fatum o la Sinfonía núm. 1 «Sueños de invierno», mostraban una personalidad poco definida.
Sólo tras la composición, ya en la década de 1870, de partituras como la Sinfonía núm. 2 «Pequeña Rusia» y, sobre todo, del célebre Concierto para piano y orquesta núm. 1, la música de Tchaikovsky empezó a adquirir un tono propio y característico, en ocasiones efectista y cada vez más dado a la melancolía.
Familia e infancia
Piotr Ilich Chaikovski nació en Votkinsk, un pequeño pueblo en Udmurtia, que anteriormente fue parte de la provincia de Vyatka del Imperio ruso. Su padre, Iliá Petrovich Chaikovski, era el hijo de Piotr Fiódorovich Chaika (conocido posteriormente como Piotr Fiódorovich Chaikovski), un ingeniero de minas del Estado de ascendencia ucraniana.
En 1843, los padres de Chaikovski contrataron los servicios de una institutriz francesa llamada Fanny Dürbach. Su pasión y afecto por el cargo contrarrestaban la actitud de Alexandra, descrita por un biógrafo como una madre fría, infeliz y distante, no dada a mostrar afecto físico. Sin embargo, otros autores afirman que Alexandra adoraba a su hijo.
Chaikovski empezó las lecciones de piano a los cinco años. Fue un alumno precoz, en tres años fue capaz de leer música tan bien como su profesor. Sin embargo, la pasión de sus padres sobre su talento musical pronto se enfrió. En 1850, la familia decidió enviarlo a la Escuela Imperial de Jurisprudencia de San Petersburgo. Esta institución atendía principalmente a la pequeña nobleza y prepararía a Chaikovski como funcionario.
Compositor emergente
El 25 de junio de 1854, Chaikovski se vio profundamente afectado por la muerte de su madre Alexandra a causa del cólera. Le afectó tanto que se sintió incapaz de darle la noticia a Fanny Dürbach hasta transcurridos dos años. Sin embargo, unos meses después de la muerte de su madre, realizó el primer intento serio de composición, un vals en su memoria. Varios autores afirman que la pérdida de su madre contribuyó al desarrollo sexual de Chaikovski, así como con su experiencia con las supuestamente extendidas prácticas homosexuales entre estudiantes de la Escuela Imperial de Jurisprudencia. Sea cual fuere la verdad de esto, algunas amistades con sus compañeros, como Aleksey Apukhtin y Vladimir Gerard, fueron suficientemente intensas para durar el resto de su vida.
Chaikovski se graduó el 25 de mayo de 1859 con el rango de consejero titular.
Chaikovski escribió varias obras que son populares entre el público aficionado a la música clásica, entre las que se encuentran Romeo y Julieta, la Obertura 1812 sus tres ballets (El cascanueces, El lago de los cisnes y La bella durmiente) y la Marcha Eslava. Éstas, junto con dos de sus cuatro conciertos, tres de sus seis sinfonías numeradas y, de sus diez óperas, La dama de picas y Eugenio Oneguin son probablemente sus obras más familiares. Casi tan populares son la Sinfonía Manfredo, Francesca de Rimini, el Capricho italiano y la Serenata para cuerdas. Sus tres cuartetos de cuerdas y tríos para piano contienen bellos pasajes, así como sus 106 canciones siguen siendo interpretadas en recitales. Chaikovski también escribió unas cien obras para piano, a lo largo de su vida. Brown afirma que «aunque algunas de ellas pueden ser exigentes técnicamente, la mayoría son composiciones encantadoras, no pretenciosas, dirigidas a pianistas aficionados». Añade, no obstante, que «hay más atractivo e ingenio en estas piezas de las que cabría esperar».
He aqui algunas de sus obras:
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